La compañía israelí emplea a casi mil empleados, factura 440 millones de euros y comercializa productos para más de 1,8 millones de pacientes en España

Sanitia. 2017 fue un pésimo ejercicio para Teva, la compañía con sede en Israel que figura entre las 10 primeras farmacéuticas del mundo y es líder absoluto en la fabricación de medicamentos genéricos. El presidente y CEO de la compañía cotizada en Nueva York, Kare Schultz, reportó ayer al mercado unas pérdidas de 16.300 millones de dólares en el ejercicio pasado, pese al aumento de los ingresos del 2%, hasta 22.400 millones de dólares.
Factores como la presión de la competencia de genéricos más baratos sobre algunos de los  medicamentos estrella de Teva como el Copaxone –un tratamiento contra la esclerosis- y el peso de una deuda de 32.000 millones generada por una carrera de compras de empresas a veces poco exitosas como la de Actavis a Allergan están el origen de los malos resultados.
Schultz, que anunció a mediados de diciembre del año pasado el despido del 25% de su plantilla en todo el mundo -hasta 14.000 empleados-, ha explicado que “2017 fue un año retador para Teva. En el comienzo de 2018, estamos centrados en cumplir con nuestras obligaciones financieras y asegurar un modelo de negocio para el futuro mucho más sólido y sostenible. Estamos haciendo un fuerte progreso en nuestro plan de reestructuración y soy optimista y estoy confiado en nuestra capacidad para alcanzar nuestros objetivos este año.”
Teva opera en España con su filial Teva Pharma SL, que reportó unos ingresos de 441,9 millones de euros en 2016. La compañía, que tiene una fábrica en Zaragoza, dispone de una plantilla de 998 empleados en nuestro país, donde comercializa 835 productos para 1,8 millones de pacientes.